Protegerse en la era de la IA

Cada día la Inteligencia Artificial avanza a pasos agigantados, y al cabo de los últimos seis meses hemos visto avances que hace dos años no eran un tema de conversación.

Hay muchas aristas preocupantes: desde a ética de quien las usa. Hay quien se puede servir de la IA para hacer una tarea, analizar un informe, crear imágenes para sus redes, o incluso, hacer un vídeo hiperrealismo para difamar a un oponente político o empresarial.

Y es esta falta de ética individual, aunada a los marcos legales desactualizados que veremos enormes retos en el futuro inmediato.

La información falta o las mentiras en un noticiero no es cosa de hoy, siempre ha existido. Sin embargo, el cúmulo de información es mucho mayor, y las fuentes que lo difunden son muchas más. Y es ahí donde reside el riesgo.

Y si piensas que en este nuevo mundo “la verdad” prevalecerá, no es así. En un universo de información falsa, cualquier verdad se difuminará, pues entre bots, perfiles automatizados, cuentas de IA que simulan ser humanas, no hay forma de competir..

Yuval Noah Harari —autor de Sapiens— aborda de manera clara y puntual estos problemas. En este vídeo explica, como punto de partida, la diferencia entre los ciclos orgánicos —con sus horas de sueño, descanso o desconexión— contra el ritmo de la IA, básicamente 24/7. A partir de esta distinción es que propone:

• Nuevas instituciones acordes a los retos actuales

• Proteger la conversación entre humanos, prohibiendo los bots y los perfiles falsos; y que estos sean plenamente identificados como tales

• Hacer una dieta de información: así como hacemos con los alimentos, debemos seleccionar información sana, no basura, y determinar cuánto consumimos

Lo que se viene no es fácil, la ambición o la estupidez incrementan el riesgo. La pobre educación digital así como el nivel de reflexión sobre el uso ético de la IA es un espacio de responsabilidad compartida entre los miembros de la sociedad.