Anne Hidalgo ha publicado en su cuenta de X (antes Twitter) sus razones para dejar la red social. Abajo el texto traducido al español además de los mensjas originales subidos en francés e inglés.
Este tipo de acciones y posicionamientos resultan relevantes ante el hecho irrefutable de la exacerbación de la polarización que generan los algortimos de las redes sociales al encerrarnos en burbujas ideológicas afines en aras de mantenernos conectados en redes que nos resulten cómodas.
Los llamados sobre lo que se ha convertido X son múltiples, Anne Hidalgo es una voz relevante que debe abonar a la reflexión individual sobre lo que significa dar nuestro tiempo y pensamiento a determiada actividad.
¿Qué otros políticos o personajes se atreverían a "perder" a sus seguidores y la amplificación de sus mensajes en esta red social? ¿Cuáles estarán dispuestos a dejar la oportunidad de atacar vilmente a un contrincante en una red social que les permite lavarse las manos o ni siquiera der identificados como autores de sus vilezas?
Los tiempos actuales que, entre algoritmos e inteligencia artificial, impactan en nuestra capacidad de reflexión y diálogo nos exigen realizar el ejercicio personalísimo de definición de valores y principios y con ellos, nuestra participación en espacios para los cuales somos sólo un producto de consumo.
Por qué dejo Twitter.
He tomado la decisión de dejar Twitter.
Twitter, lejos de ser el medio innovador que inicialmente hizo que la información fuera accesible al mayor número posible de personas, en los últimos años se ha convertido en una impresionante herramienta para destruir nuestras democracias.
Ya sea manipulación, desinformación, fomento del odio, acoso, antisemitismo y racismo abierto, o ataques crueles contra científicos, climatólogos, mujeres, ambientalistas, liberales y todos aquellos de buena voluntad que deseen entablar un debate político pacífico en un mundo cada vez más complejo, la variedad de abusos es infinita. Por no hablar de la intromisión externa diaria en los procesos electorales, encaminada a desestabilizar nuestras democracias y socavar su imagen y soberanía.
Hoy, la polémica, los rumores y la burda manipulación dominan el debate público, alimentado por el algoritmo de Twitter, donde lo único que cuenta es el número de "me gusta". Los hechos son irrelevantes.
Esta plataforma y su propietario exacerban intencionadamente tensiones y conflictos.
Además, obstaculiza intencionalmente la información necesaria para lograr la transformación ecológica y energética que tanto necesitamos, en favor de argumentos proteccionistas climáticos impulsados por intereses de combustibles fósiles y una codicia ilimitada por el planeta. Podemos seguir negando, aclarando y explicando, pero el ruido que produce una desinformación seguirá eclipsando el eco de una verdad comprobada.
No debemos engañarnos a nosotros mismos. Estamos ante un proyecto político absolutamente claro para dejar de lado la democracia y sus valores en favor de poderosos intereses privados.
El último informe de transparencia sobre el control de contenidos, publicado por la propia Twitter, sitúa a Francia en el primer lugar de Europa en cuanto a contenidos violentos e ilegales.
Este medio se ha convertido en una gigantesca cloaca global, ¿y deberíamos seguir sumergiéndonos en ella?
Lo vemos todos los días: Twitter obstaculiza el debate, la búsqueda de la verdad y el diálogo sereno y constructivo necesario entre los seres humanos. Con sus miles de cuentas anónimas y sus granjas de trolls, la vida en Twitter es exactamente lo contrario de la vida democrática.
Me niego a respaldar este malvado plan.
Creo profundamente en la democracia, que aún está en ciernes.
Creo en los intercambios, en estos tiempos difíciles.
Nunca debemos aceptar el acoso de ataques viles.
No debemos permitir que los "ingenieros del caos" tomen el control de nuestros destinos.
No deberíamos aceptar la desintegración diaria de nuestras democracias en nuestras pantallas.
En marzo de 2009, fui una de las primeras mujeres políticas francesas en unirme a esta red, que hoy cuenta con una comunidad de más de 1.500.000 suscriptores en todo el mundo.
Para seguir fiel a mis convicciones y a mi compromiso, hoy dejo Twitter.
Permaneceré en otras redes sociales en las que aún se pueden realizar intercambios respetuosos: linktr.ee/anne_hidalgo
Necesitamos más que nunca mantener viva la democracia real, ya sea a través de ayuntamientos, asambleas municipales, referendos, conferencias o reuniones. Son lugares donde las personas se ven, discuten, construyen juntas y simplemente viven juntas.
Cuando todo está oscuro, necesitamos buscar la luz y esos grandes espíritus que, en determinados momentos de nuestra historia, nos han mostrado el camino.
"Debemos aprender a vivir juntos como hermanos, o moriremos todos juntos como idiotas", nos dijo Martin Luther King a principios de los años 1960.
Podemos confiar unos en otros y encontrar el camino de regreso a la democracia, la paz y la fraternidad. Está en nuestras manos.
Lea este artículo de opinión en @lemondefr :
Pourquoi je quitte Twitter.
J’ai pris la décision de quitter Twitter.
Loin d’être l’outil révolutionnaire qui, au départ, permettait un accès à l’information au plus grand nombre, Twitter est devenu ces dernières années l’arme de destruction massive de nos démocraties.
Manipulation, désinformation, amplification des pulsions de haine, harcèlement organisé, antisémitisme et racisme avéré, meutes attaquant les scientifiques, les climatologues, les femmes, les écologistes, les progressistes et toutes celles et tous ceux de bonne volonté qui souhaitent un débat politique serein et apaisé dans un monde de plus en plus complexe : la liste des dérives est infinie.
Sans oublier les ingérences étrangères quotidiennes qui interférent dans les processus électoraux et portent atteinte à l’image et à la souveraineté de nos démocraties en voulant les déstabiliser.
Aujourd’hui, les polémiques, les rumeurs et les manipulations grossières dictent le débat public, propulsées par l’algorithme de Twitter, où seul compte le nombre de « Like ». Qu’importent les faits.
Cette plateforme et son propriétaire agissent délibérément pour exacerber les tensions et les conflits.
Ils entravent en outre délibérément les informations nécessaires à l’avènement de la transformation écologique et énergétique radicale dont nous avons besoin, au profit de discours climato-sceptiques, promus par les intérêts des énergies fossiles et de la prédation sans limite de la planète. Nous pouvons continuer sans cesse de démentir, de déminer et d’expliquer, mais le bruit engendré par une fausse nouvelle sera toujours largement supérieur à l’écho d’une vérité étayée.
Ne nous trompons pas. Il s’agit d’un projet politique très clair qui veut se passer de la démocratie et de ses valeurs pour de puissants intérêts privés.
Le dernier rapport de transparence sur le contrôle des contenus, publié par Twitter lui-même, classe la France comme détentrice de la palme d’or des propos violents et illicites en Europe.
Ce média est devenu un vaste égout mondial et nous devrions continuer de nous y précipiter ?
On le voit tous les jours : Twitter empêche le débat, la recherche de la vérité, le dialogue serein et constructif nécessaires entre les êtres humains. Avec ces milliers de comptes anonymes et ces fermes à trolls, ce qui se passe sur Twitter n’est pas la vie démocratique mais son exact opposé.
Je refuse de cautionner ce dessein funeste.
Je crois profondément à la démocratie, toujours à parfaire.
Je crois à la discussion, dans les temps difficiles que nous traversons.
Ne nous laissons pas intimider par des déstabilisations abjectes.
Ne laissons pas les « ingénieurs du chaos » prendre nos destins en main.
Ne laissons pas nos démocraties se déliter tous les jours sur nos écrans.
En mars 2009, j’ai été l’une des premières femmes politiques françaises à rejoindre ce réseau, comptant aujourd’hui une communauté de plus d’1 500 000 abonnés à travers le monde.
Pour rester fidèle à mes convictions et à mon engagement, je quitte aujourd’hui Twitter.
Je resterai sur d’autres réseaux sociaux où existe encore l’échange respectueux : linktr.ee/anne_hidalgo
Plus que jamais il faut continuer à faire vivre la démocratie réelle, celle des conseils municipaux, des assemblées citoyennes, des votations, des conférences, des rencontres. Autant de lieux physiques à hauteur de regard, où l’on se voit, où l’on se dispute, où on construit ensemble et où tout simplement on vit ensemble.
Quand tout s’assombrit, il faut se tourner vers la lumière et ces grands esprits qui, à certains moments de notre histoire, nous ont montré le chemin. « Nous devons apprendre à vivre ensemble comme des frères, sinon nous allons mourir tous ensemble comme des idiots », nous disait Martin Luther King au début des années 1960.
Faisons-nous confiance et sachons retrouver le chemin de la démocratie, de la paix et de la fraternité, nous en avons le pouvoir.
Retrouvez cette tribune dans @lemondefr : lemonde.fr/idees/article/…
Why I am leaving Twitter.
I have made the decision to leave Twitter.
Twitter, far from being the groundbreaking medium that initially made information accessible to the greatest possible number of people, has in recent years become an impressive tool for destroying our democracies.
Whether it be manipulation, disinformation, the fostering of hatred, harassment, anti-Semitism and open racism, or vicious attacks on scientists, climatologists, women, environmentalists, liberals and all those of good will who wish to engage in peaceful political debate in an increasingly complex world, the range of abuses is endless. Not to mention the daily external meddling in electoral processes, aimed at destabilizing our democracies and undermining their image and sovereignty.
Today, controversy, rumor and crude manipulation rule public debate, fueled by Twitter's algorithm, where the only thing that counts is the number of "likes". Facts are irrelevant.
This platform and its owner intentionally exacerbates tensions and conflicts.
Furthermore, it intentionally hinders the information needed to bring about the ecological and energy transformation we much need, in favor of climate protectionist arguments driven by fossil fuel interests and boundless greed for the planet. We can keep denying, clarifying and explaining, but the noise produced by a piece of misinformation will still dwarf the echo of a proven truth.
We must not deceive ourselves. We are dealing here with an utterly clear political project to push aside democracy and its values in favor of powerful private interests.
The latest transparency report on content control, released by Twitter itself, ranks France first in Europe for violent and illegal content.
This medium has become a gigantic global sewer, and we should continue to wade into it?
We see it every day: Twitter hinders debate, the quest for truth, and the serene and constructive dialogue needed between human beings. With its thousands of anonymous accounts and its troll farms, life on Twitter is the exact opposite of democratic life.
I refuse to endorse this evil scheme.
I believe deeply in democracy, which remains in the making.
I believe in exchanges, in these difficult times.
We should never accept the bullying of vile attacks.
We should not allow the "engineers of chaos" to seize control of our destinies.
We should not accept the daily disintegration of our democracies on our screens.
In March 2009, I was one of the first French women in politics to join this network, which today counts a community of over 1,500,000 subscribers worldwide.
To remain true to my convictions and my commitment, I am leaving Twitter today.
I will remain on other social media networks in which respectful exchanges can still take place: linktr.ee/anne_hidalgo
We need more than ever to keep real democracy alive, whether it be through town councils, town meetings, referendums, conferences or get-togethers. These are places where people see each other, argue, build together and simply live together.
When all is dark, we need to reach for the light and those great spirits who, at certain times in our history, have shown us the way. "We must learn to live together as brothers, or we will all die together as idiots", Martin Luther King told us in the early 1960s.
We can trust each other and find our way back to democracy, peace and fraternity. It is in our hands.
Read this Op-ED in @lemondefr : lemonde.fr/idees/article/…
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